Llueve cuando el insomnio me visita. Es tarde (siempre lo es) y a través de la ventana (por la rendija de la cortina), se filtra el reflejo del farol que pende arrebatadamente y alumbra el empedrado vagabundo.
El crepúsculo matutino se aletarga, parece rendido ante las sombras.
Mantengo los ojos exactos en aquel punto donde ulteriormente la forma se desvanece y la nostalgia me convida a compartir un mate amargo en la ronda de sin sabores. No acepto.
“Un té es bueno para eso” – pienso.
Los enfoques del deseo en carne viva me pierden.
“¿O me pierdo? ¿Condena o testimonio?”
El sillón desaparece y mi cuerpo recupera su pose vertical para abandonarla violentamente en un desmayo punzante.
“¿Por qué me ataca otra vez? Tengo miedo. Mis pies se inundan. Me siento húmeda y ajena. Escucho ecos de soles sostenidos. No puedo escaparme. ¿Dónde está la salida?”
Ahí reposa mi organismo deshecho, casi muerto, solitario, demente.
“¿Por qué me ataca otra vez?”
Un último movimiento; un golpe eficaz; un ataque directo a mis venas con sangre afectada.
“¡Soy libre! Veo colores donde no hay.
Aromas que recuerdan las tardes de lluvia, nubladas de tanta risa”.
2 comentarios:
HOLA ACA ESTOY PARA PROVOCARTE UNA SONRISA EN EL DIA DE HOY
LA ACEPTAS ?
A ATRAPAR PAJARITOS NO ME CREES ? ENTRA A MI BLOG AHI ENCONTRARAS UN JUEGO ALUCINANTE MAS VALE VEAS BIEN .
BESOS PAJARONA
YERMANDELUXE
DESDE MI BLOG DE HUMOR
Me gustó, me gustó
Al principio parecía como esos sueños en los que querés correr y no podés
beso
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