martes

(Re)Surgir


La realidad se vuelve un puñado de caricias
mi ser se funde en tu mirada húmeda
el ritmo es de dos corazones que redoblan la apuesta
porque de creer se trata

y de sentir, ante todo,
el eco de tu risa
como el sol
cada mañana
alumbrándome

desatame la razón
mientras detengo el tiempo
para hacernos infinitas
en el umbral entre lo onírico y lo real

si el pensamiento fuese deseo
mi vida ardería en llamas
y quizás así, entenderías,
que no queda más de mí,
que mi boca calla
lo que el tacto dibuja en tu piel

sábado


Despertar deshecha
Rearmarse en cada segundo como si el aire fuese el arquitecto del momento
Las ganas huérfanas se pierden en el devenir temporal
Pausa
Abandonarse en el sentir
Latidos que marcan el nuevo ritmo
Conectar con el deseo de ser y estar envuelta en el terciopelo epidérmico.


En la quietud nocturna
el silencio ahueca sombras,
ecos del pasado
se funden entre dientes.

Soltar el mundo en cada madrugada
para ser luz,
lejos de fantasmas,
encontrar calma.

En vos el universo es infinito,
llevame donde no es real
fundirse
porque somos
espejismos de soledad.

El humo se aleja,
convida certezas
de que el vacío con vos
se completa.

martes

"juguito"

Gravita el espiral de caricias que encendiste en mí, mezcla de esqueletos estallando en cristales y membranas como resistencias transparentes.
Los corazones se entregan a impulsos táctiles mientras se disuelve el estertor de las gotas sobre el toldo del patio que espía nuestros organismos pos placer. Las mañanitas sonámbulas y madrugadas en las que el pecho se parte al medio por el puñado de mariposas y la estampida del latido. Mentiría si dijera que todo tiene gusto a poco y que el mundo se rinde a nuestros pies pero es el éxtasis sentimental el que acompaña al desayuno entre sábanas y piernas entrelazadas.
Entonces, sueño que me preguntas: “¿nunca viste las estrellas en San Telmo?”
(y me despertas para que sea realidad)
¿De qué realidad me hablas?
Hay veces en las que mirarte es como si el corazón se me convirtiera en terciopelo y tu respiración lo acariciara con su transcurrir propio.
Es sólo que no encuentro ESA palabra cuando las piruetas de mi dedo índice dibujan una sonrisa en tu rostro. Acariciame más… así… más… sólo un poquito nomás…sí, MÁS… no dejes que me disuelva en la realidad sórdida y hostil.
Agarrame fuerte y esperemos a que pase el huracán de contradicciones agrias y ahuecadas con telarañas de curiosidades genuinas.
Dale, abrazame fuerte!.. como cuando me quiero escapar porque me da miedo creer que todo esto tan etéreo es real. Que estas delante de mí, con tus ojos que humedecen los míos y me haces sentir tan pero tan chiquita que no hago más que decirte que "te amo" mientras me tiembla la respiración porque ya estás dentro de mí.

lunes

Ir a la ciudad un sábado a la mañana tiene la espesura de toparse con eso que se suele llamar “la vida” y tener para ofrecer un rostro que deja prever su naturaleza noctámbula. La calle con sus ausencias de jóvenes trasnochados y el topeteo con el ritmo agitado que dispara partiendo la visión. De golpe te encontras mirando a través de una ventana, desparramada en un asiento de colectivo que parece incendiarse por el sol colado o tamizado. Vas al mismo lugar pero deseando que la ceniza del cigarrillo sea otra o que no esté tan consumida como los que viajan en el primer tren de un domingo cualquiera. Llegas con la inconsciencia de quien no entiende que es lo que pasa si es que pasa algo y conseguís sentirte útil como pocas veces antes. Entendes que no hay lugar para quienes ignoran el reloj de arena mientras infinitas agendas marcan lo que queda por hacer antes que la noche llegue. Porque siempre llega, de una u otra forma pero llega. Llena, cuarto menguante o media luna. Ahora no se trata ni de vos, ni de mí, ni de ella o él. Es el vacío el que ahueca un corazón en off y, para compartir, una madrugada de a dos.

sábado

Dejadez

Un pétalo me golpea la espalda
me desprendo de la vida y en algún sueño intruso soy invisible
una total abstracción
el momento se prolonga

(es propio hasta ser infinito)
tan cerca que un sacudón me va vaciando de a poco
en blanco
estoy

huérfana
cada entraña
si se pudiera volver no lo haría
elección adolescente
la brisa me rodea, bailo y me escapo en azul
el color no tiene noche
los brazos huecos
el sol fuego de un verano precipitado
y una amenaza implícita
una luciérnaga sin luz
mientras mis ojos se enfrían solitarios
en el lugar
el arco-iris es de pintura fresca
llueven intensidades
la nostalgia del que piensa
un pedido
“no, no… no tengo”
las ganas contenidas vomitan estructuras
hasta atragantarse

ahogo inoportuno
sos inspiración
una mezcla de silencio y complicidad a destiempo
si, estoy convencida
no hay más de mí
letras
y con suerte
algo de música

miércoles

Podría haber hecho cualquier otra cosa pero…

El letargo de un amanecer forzado comenzaba a dejar marcas a los costados de mis ojos. Esa agüita; una especie de llanto maquillado. La falta de sobresaltos actúa de aniquilador mental cuando no quedan fuerzas para estratagemas diseñados. Un fluir en materia mientras un organismo estático implora desgarradoramente un impulso. Son las grietas de una humanidad padecida exigiendo un roce esquivo. Difusamente me unto en sombras pero hay de mí en cada nube. ¿Me ves?
Imploro desfragmentación. Un golpe en seco cual bofetada que salvajemente –me- REVELA. El sentido predecible y condicionado seca. Se quiebra mi grito en múltiples ecos.
Abrazo lo intangible, toco lo que es sin ser…
es un espejo invertido. Soy. Ello. Soy. Yo. Soy. Súper yo. Soy
…TODO lo que te gustaría ser. Y sos la lástima de quien nunca lloró.
La intensidad drástica me conmueve, no quiero ver. No, no, no.
Más estructuras que modelamos como barro hendido por un plural entre rejas. Un pájaro atascado. Puedo recordar. No puedo dejar de hacerlo.
Cansancio verbal. La saturación. Atrapame mientras adivino lo que pensás y siento miedo cuando no me aburro. Es más fácil no pensar, llegar a la superficie y no sin entender sonreír.