miércoles

Podría haber hecho cualquier otra cosa pero…

El letargo de un amanecer forzado comenzaba a dejar marcas a los costados de mis ojos. Esa agüita; una especie de llanto maquillado. La falta de sobresaltos actúa de aniquilador mental cuando no quedan fuerzas para estratagemas diseñados. Un fluir en materia mientras un organismo estático implora desgarradoramente un impulso. Son las grietas de una humanidad padecida exigiendo un roce esquivo. Difusamente me unto en sombras pero hay de mí en cada nube. ¿Me ves?
Imploro desfragmentación. Un golpe en seco cual bofetada que salvajemente –me- REVELA. El sentido predecible y condicionado seca. Se quiebra mi grito en múltiples ecos.
Abrazo lo intangible, toco lo que es sin ser…
es un espejo invertido. Soy. Ello. Soy. Yo. Soy. Súper yo. Soy
…TODO lo que te gustaría ser. Y sos la lástima de quien nunca lloró.
La intensidad drástica me conmueve, no quiero ver. No, no, no.
Más estructuras que modelamos como barro hendido por un plural entre rejas. Un pájaro atascado. Puedo recordar. No puedo dejar de hacerlo.
Cansancio verbal. La saturación. Atrapame mientras adivino lo que pensás y siento miedo cuando no me aburro. Es más fácil no pensar, llegar a la superficie y no sin entender sonreír.

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