Un pétalo me golpea la espalda
me desprendo de la vida y en algún sueño intruso soy invisible
una total abstracción
el momento se prolonga
(es propio hasta ser infinito)
tan cerca que un sacudón me va vaciando de a poco
en blanco
estoy
huérfana
cada entraña
si se pudiera volver no lo haría
elección adolescente
la brisa me rodea, bailo y me escapo en azul
el color no tiene noche
los brazos huecos
el sol fuego de un verano precipitado
y una amenaza implícita
una luciérnaga sin luz
mientras mis ojos se enfrían solitarios
en el lugar
el arco-iris es de pintura fresca
llueven intensidades
la nostalgia del que piensa
un pedido
“no, no… no tengo”
las ganas contenidas vomitan estructuras
hasta atragantarse
ahogo inoportuno
sos inspiración
una mezcla de silencio y complicidad a destiempo
si, estoy convencida
no hay más de mí
letras
y con suerte
algo de música
sábado
miércoles
Podría haber hecho cualquier otra cosa pero…
El letargo de un amanecer forzado comenzaba a dejar marcas a los costados de mis ojos. Esa agüita; una especie de llanto maquillado. La falta de sobresaltos actúa de aniquilador mental cuando no quedan fuerzas para estratagemas diseñados. Un fluir en materia mientras un organismo estático implora desgarradoramente un impulso. Son las grietas de una humanidad padecida exigiendo un roce esquivo. Difusamente me unto en sombras pero hay de mí en cada nube. ¿Me ves?
Imploro desfragmentación. Un golpe en seco cual bofetada que salvajemente –me- REVELA. El sentido predecible y condicionado seca. Se quiebra mi grito en múltiples ecos.
Abrazo lo intangible, toco lo que es sin ser…
es un espejo invertido. Soy. Ello. Soy. Yo. Soy. Súper yo. Soy
…TODO lo que te gustaría ser. Y sos la lástima de quien nunca lloró.
La intensidad drástica me conmueve, no quiero ver. No, no, no.
Más estructuras que modelamos como barro hendido por un plural entre rejas. Un pájaro atascado. Puedo recordar. No puedo dejar de hacerlo.
Cansancio verbal. La saturación. Atrapame mientras adivino lo que pensás y siento miedo cuando no me aburro. Es más fácil no pensar, llegar a la superficie y no sin entender sonreír.
Imploro desfragmentación. Un golpe en seco cual bofetada que salvajemente –me- REVELA. El sentido predecible y condicionado seca. Se quiebra mi grito en múltiples ecos.
Abrazo lo intangible, toco lo que es sin ser…
es un espejo invertido. Soy. Ello. Soy. Yo. Soy. Súper yo. Soy
…TODO lo que te gustaría ser. Y sos la lástima de quien nunca lloró.
La intensidad drástica me conmueve, no quiero ver. No, no, no.
Más estructuras que modelamos como barro hendido por un plural entre rejas. Un pájaro atascado. Puedo recordar. No puedo dejar de hacerlo.
Cansancio verbal. La saturación. Atrapame mientras adivino lo que pensás y siento miedo cuando no me aburro. Es más fácil no pensar, llegar a la superficie y no sin entender sonreír.
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