lunes

La eterna espera

A veces el sueño nos acaricia y parece que lentamente vamos a caer en sus brazos. Sin embargo, aquella noche no logré entregarme a él.
La lluvia comenzó a descender lentamente, aparejada de un sin cesar de recuerdos. El agua acrecentaba su caudal, mientras yo caía en las redes de la melancolía. Es ahí cuando el ruido ensordecedor del trueno penetra y parece eterno, un eco en mi interior. Una manada de gotas efusivas realizan una coalición frente a mi ventana. Mi corazón llora, mas nadie conoce la manera de ayudarlo.
Ante el insomnio perpetuo sentí la necesidad de salir a caminar. Me resultaba imposible escapar de la locura provocada por la eterna vorágine. Fui a buscarlo, mientras el diluvio excesivo castigaba mi cuerpo.
Las gotas frescas se posaban sobre mi cabello, humedeciéndolo. El viento voraz chocaba contra mi rostro convirtiéndose en un feroz padecimiento mientras las hojas de los árboles eran arrancadas cruelmente por el agresivo temporal. Por mi parte, esperaba impaciente en esa calle (“nuestra calle”).
El tiempo parecía perderse en la angustia de su ausencia. Me mantuve allí, inmóvil. Dispuesta a esperar toda la vida hasta que llegara.
Las moléculas acuáticas caían con excesiva abundancia. Estaba helada y sufriendo un frío desgarrador, que aún así, no superaba el frío interno de mi alma.
De repente lo vi. Detrás de aquel árbol me acechaba ansioso e impasible, casi sin poder contener sus desquiciadas ganas de abalanzarse sobre mí. Ya no era el mismo.
Intentaba ocultarme, pero no podía. Él sabía todo de mí, conocía cada movimiento, incluso, mi respiración.
Era inútil querer escapar. Permanecí allí entonces, esperando ser alcanzada. Esperando que el escalofriante frío de su cuchillo, entrara en contacto con mi cuerpo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo, soy un numerito mas.....pensar que siempre pense que eras otra, a lo que puede llevar la paranoia, el sentido de la culpafiabilidad, hacerse cargo al pedo, tener cola de paja....bueno nada de esto tiene sentido, pero no queria irme sin dejar una huellita de ollin
un beso si da