miércoles

Hoy

Hoy es uno de esos días en los que me gustaría que mis manos se transformaran en una fuente con agua de deshielo. Hundiría la cabeza y enfriaría el cerebro hasta congelarlo. No podría pensarte y eso me aliviaría. Pero en algún momento, intentaría volver a la razón. Entonces, golpearía el hielo tratando de romperlo. El contorno helado se rajaría progresivamente; el proceso sería lento. El ruido me retumbaría por dentro y comenzaría a enloquecer. Sin cordura y sin solución lloraría por dolor más que por miedo. El riego que a cuentagotas brotaría de mis ojos, comenzaría a derretirlo. La temperatura se desplazaría en vertical. Sentiría las gotitas frescas en mis pies y saltaría aprovechando el sonido de la partícula de agua contra el piso. Sobre un charquito sería independiente. Con renovada conciencia contemplaría el suelo y observaría mi reflejo. No sería la misma. Comprendería que algo se modificó o perdí en ese transcurso. Me relajaría saber que fuiste vos.

lunes

RAYUELA - Capítulo 7

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."


Julio Cortázar

martes

Hoja

Sos como una hojita de otoño. Dependes de una rama contenedora para estar seguro. Y ahí te mantenes, equilibrado y liviano. Frágil y libre, con la paz de cada suspiro nativo. Sos atemporal, no tenes sol ni luna, norte ni sur. Experimentas, te decoloras. De verde a amarillo, de pato a montaña. La inercia te acaricia con plumas. La brisa te hace cosquillas y sonreís, moviéndote condicionado. La plenitud interior anula el contorno exterior.
Todo es efímero, no hay imán que se oponga al suceso. El desprendimiento es sinuoso e inalterable como la piedra con la que me tropecé y me hizo perderte de vista. Pero Saturno tiene anillos y nos regala dos para que bailemos. Cada uno es libre en su danza y, simultáneamente, dependiente del otro. Levitamos, nos deshumanizamos. Somos el sentir en estado puro. Y ahí te percibo, noctámbulo y trasnochado, vampiro malherido; resquebrajado como un cristal agredido; volviendo a tu genuina esencia. Te desprendes a desgano, siempre rebelde pero aniquilado y sin fuerzas. La masa de aire te manipula. Te conquista. Sufrís, pero seguís.
Y ahí aparezco yo, que vengo caminando y vos te me posas en la frente sin pedir permiso.

El ritual vuelve a empezar.

domingo

La espina

Fui caminando sin levantar los pies del piso. Suspendida e impulsada por el aire, hasta que me pinché con un cactus. Una espina cortó mi piel, navegó en el líquido carmesí y se clavó en el hueso. Era rígida y fría. Dibujó raíces en mi cuerpo que fueron regadas por mis lágrimas etéreas. Me susurró al oído y no tuve fuerzas para suplicarle silencio. Cuando quise dar el próximo paso, me quedé sin aire como si me hubiese pegado una patada en la garganta.
(Inspirar y exhalar profundamente. Controlar la respiración).
La espina me ahoga; me lastima; me desgarra; me desangra. Pero no puedo quitarla. Me implora que no insista, que la deje, estuvo años esperando el encuentro...

viernes

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